Red
Internacional de Pueblos Indígenas de Montañas
Comunidad de
Ura, Bután
31 de mayo,
2014
Nosotros,
más de 100 pueblos indígenas y agricultores tradicionales de 25 comunidades en
10 países, entre todos tenemos 22 idiomas representados, junto con organizaciones
de la sociedad civil e instituciones de investigación nos reunimos en Bután en
las comunidades de Jangbi y Ura del 26 de mayo al 1 de junio del 2014 para
analizar el impacto de los cambios climáticos recientes en la Madre Tierra y en
la forma de vida y culturas de pueblos indígenas en las regiones de montañas y
para desarrollar respuestas a esta crisis.
Nuestras
comunidades incluyen a los Monpas y Uraps de Bután; los Naxi y Zhuang de China; los Kumaon,
Lepcha, Limboo, Monpas, Newar y Sartang de la India; los Batken, Kochkor, y
Kopro-Bazar de Kyrgyzstan; los Herowana-Ubaigubi, Jiwaka y Yupna de Papaua
Nueva Guinea; las comunidades del Valle Rasht, Shughnan y el Valle Wakhan de
Tajikistan; comunidades quechuas del Parque de la Papa del Perú; la comunidad
Mintapod de Las Filipinas; el Tayal, Kanakanava y Pangcah de Taiwán; y los
Pgakenyau Hinladnai de Tailandia.
Nuestro
encuentro se desarrolló como un “Taller Caminante”, que proporcionó los métodos
y las herramientas apropiados para un intercambio de ideas y experiencias, el
compartir problemáticas comunes y una búsqueda colectiva de posibles
soluciones. Incluyó festivales de comida y video y la interacción
directa con personas de Jangbi y Ura. Esta manera creativa de crear redes y
promover nuestro espíritu indígena y nuestro sentido de misión concluyó en la
formación de una Red Internacional de Pueblos Indígenas de Montaña. Estamos felices de presentar a la comunidad
internacional esta prometedora nueva red en el marco del 14º Congreso de la
Sociedad Internacional de Etnobiología.
Además nos
alegramos de anunciar que hemos iniciado un programa de intercambio de semillas
único entre el Parque de la Papa en Perú, las comunidades en Yunnan, China y
las comunidades de Ura y Jangbi en Bután. Este intercambio se ampliará a otros
miembros en la red, siendo conscientes de los ecosistemas locales y los
derechos de propiedad intelectual de los pueblos indígenas.
Los sistemas
bioculturales de montaña son el hogar de muchas culturas indígenas y el rico - aún
cuando frágil- repositorio de diversidad
cultural y biológica, agua y otros servicios del ecosistema. De importancia
única son las tradiciones agrícolas indígenas que han proporcionado
importantes cultivos alimenticios críticos para la seguridad alimentaria del
mundo. Estos son el resultado del
conocimiento tradicional y los sistemas de innovación de nuestros pueblos. Es crítico para la sobrevivencia de la
humanidad que nuestros sistemas de conocimiento sobrevivan. Hemos notado que en
muchas regiones de montaña, las culturas tradicionales e indígenas ya están
afrontando cambios drásticos en sus sistemas alimentarios y agrícolas,
incluyendo cambios en los patrones de precipitaciones, temperaturas más
elevadas y un aumento en plagas y enfermedades. Por ejemplo, las fuentes de
agua han disminuido en un 50-60% en el Himalaya del Este; hay una sequía
extrema en el suroeste de la China; hay un exceso de precipitaciones en Taiwán;
tifones extremadamente fuertes en Las Filipinas; y en muchos casos, las lluvias se atrasan o se
adelantan. En comunidades quechuas, el cultivo de la papa está yéndose a
altitudes más elevadas por las temperaturas más elevadas y el aumento de plagas
y enfermedades. En Papua Nueva Guinea los animales de los que dependen las
personas como alimento están migrando a niveles más altos por el aumento en las
temperaturas mientras que los patrones climáticos inusuales están afectando la
ecología del bosque en Tailandia y los cultivos en Kyrgyzstan. Como resultado,
las conexiones a menudo muy íntimas entre las personas y los cultivos agrícolas
se tensan, así como también las instituciones comunitarias, los valores
tradicionales y las creencias espirituales que las sostienen.
A pesar de
estamos sufriendo desproporcionadamente del impacto de los cambios climáticos,
somos los que menos contribuimos a las emisiones a nivel global. Sin embargo
hemos sido marginados de participar en el desarrollo e implementación de
políticas, programas, planes y acciones relacionadas a nuestra adaptación
local.
Como una Red
Internacional de Pueblos Indígenas de Montaña emergente preocupada por el
futuro de los ecosistemas de montaña y las formas de vida de nuestras comunidades,
y en un espíritu de solidaridad y reciprocidad, hacemos un llamamiento a los
gobiernos, organizaciones de investigación, académicas, de la sociedad civil y
a las comunidad internacional lo siguiente:
1. Que reconozcan la naturaleza sagrada
y los derechos inherentes de la Madre Tierra, particularmente su diversidad, riqueza y el bienestar de sus
creaturas, incluyendo, plantas, animales, ríos, montañas, pájaros, viento,
rocas, espíritus, etc. y se adhieran a los principios de reciprocidad y equilibrio
con la naturaleza, que nutren la vida de
todos.
2. Que
reconozcan y respeten las cosmovisiones y los valores culturales y espirituales
de los pueblos indígenas y agricultores tradicionales y reconozcan la
naturaleza sagrada de sus semillas.
3. Que respeten
y promuevan los derechos de Patrimonio Biocultural de los pueblos indígenas y
las comunidades de agricultores tradicionales y que implementen de lleno la
Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.
4. Que
promuevan el uso de idiomas indígenas y tradicionales como bibliotecas vivas de
conocimiento tradicional crítico asociado al patrimonio biocultural de montaña
y que provean fondos adecuados para los procesos educativos indígenas, modelos
de aprendizaje y prácticas pedagógicas que incluyan a jóvenes y ancianos en la
transmisión de conocimientos.
5. Que
reconozcan las contribuciones del conocimiento tradicional en la conservación y
el uso sostenible de los ecosistemas de montaña y su agrobiodiversidad, y que
apoyen la creación y manejo de bancos de conocimiento tradicional que nos
permitan compartir estrategias de adaptación apropiadas y a continuar
innovando.
6. Que apoyen
los procesos de acercamiento entre el conocimiento tradicional y la ciencia
para crear métodos y soluciones efectivos para la conservación y el uso
sostenible de la agrobiodiversidad, la seguridad alimentaria y la adaptación al
cambio climático, a la vez respetando nuestro derecho a rechazar el uso de
tecnologías como los organismos genéticamente modificados y la geo-ingeniería
porque son ataques a la integridad de la Madre Tierra.
7. Que apoyen y
promuevan intercambios transculturales de conocimiento, innovaciones y
tecnologías entre indígenas y agricultores tradicionales de ecosistemas de
montañas que les permita encontrar soluciones efectivas y apropiadas para los
desafíos comunes.
8. Que apoyen las actividades en torno al Año Internacional
de la Agricultura Familiar, y que reconozcan el valor y los aportes de los
sistemas de agricultura tradicional a la seguridad alimentaria nacional
integrando conocimiento tradicional a políticas de sectores, y a los planes y
programas a nivel nacional.
9. Que apoyen el intercambio de
semillas y la repatriación de semillas de bancos internacionales de genes para
crear más opciones de adaptación y asegurar la soberanía alimenticia local y la
seguridad alimentaria del mundo.
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